LUCAS 2
+ 49 ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que
en los negocios de mi Padre me es necesario estar?
LUCAS 4
+ 4 Escrito
está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios.
+ 8 Vete de mí, Satanás, porque escrito
está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás.
+ 12 No tentarás al Señor tu Dios.
+ 18 El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a
sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y
vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; 19 A predicar el año
agradable del Señor.
+ 21 Hoy se ha cumplido esta Escritura
delante de vosotros.
+ 23 Sin duda me diréis este refrán: Médico,
cúrate a ti mismo; de tantas cosas que hemos oído que se han hecho en
Capernaum, haz también aquí en tu tierra. 24 De cierto os digo, que ningún
profeta es acepto en su propia tierra. 25 Y en verdad os digo que muchas viudas
había en Israel en los días de Elías, cuando el cielo fue cerrado por tres años
y seis meses, y hubo una gran hambre en toda la tierra; 26 pero a ninguna de
ellas fue enviado Elías, sino a una mujer viuda en Sarepta de Sidón. 27 Y
muchos leprosos había en Israel en tiempo del profeta Eliseo; pero ninguno de
ellos fue limpiado, sino Naamán el sirio.
+ 35 Cállate, y sal de él.
+ 43 Es necesario que también a otras
ciudades anuncie el evangelio del reino de Dios; porque para esto he sido
enviado.
LUCAS 5
+ 4 Boga mar adentro, y echad vuestras redes
para pescar.
+ 10 No temas; desde ahora serás pescador de
hombres.
+ 13 Quiero; sé limpio.
+ 20 Hombre, tus pecados te son perdonados.
+ 22 ¿Qué caviláis en vuestros corazones? 23
¿Qué es más fácil, decir: Tus pecados te son perdonados, o decir: Levántate y
anda? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene potestad en la
tierra para perdonar pecados: A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a
tu casa.
+ 27 Sígueme.
+ 31 Los que están sanos no tienen necesidad
de médico, sino los enfermos. 32 No he venido a llamar a justos, sino a
pecadores al arrepentimiento.
+ 34 Podéis acaso hacer que los que están de
bodas ayunen, entre tanto que el esposo está con ellos? 35 Más vendrán días
cuando el esposo les será quitado; entonces, en aquellos días ayunarán. 36
Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; pues
si lo hace, no solamente rompe el nuevo, sino que el remiendo sacado de él no
armoniza con el viejo. 37 Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de otra
manera, el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se
perderán. 38 Mas el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar; y lo uno y lo
otro se conservan. 39 Y ninguno que beba del añejo, quiere luego el nuevo;
porque dice: El añejo es mejor.
LUCAS 6
+ 3 ¿Ni aun esto habéis leído, lo que hizo
David cuando tuvo hambre él, y los que con él estaban; 4 cómo entró en la casa
de Dios, y tomó los panes de la proposición, de los cuales no es lícito comer
sino sólo a los sacerdotes, y comió, y dio también a los que estaban con él? 5
El Hijo del Hombre es Señor aun del día de reposo.
+ 8 Levántate, y ponte en medio. 9 Os
preguntaré una cosa: ¿Es lícito en día de reposo hacer bien, o hacer mal?
¿Salvar la vida, o quitarla? 10 Extiende tu mano.
+ 20 Bienaventurados vosotros los pobres,
porque vuestro es el reino de Dios. 21 Bienaventurados los que ahora tenéis
hambre, porque seréis saciados. Bienaventurados los que ahora lloráis, porque
reiréis. 22 Bienaventurados seréis cuando los hombres os aborrezcan, y cuando
os aparten de sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por
causa del Hijo del Hombre. 23 Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí
vuestro galardón es grande en los cielos; porque así hacían sus padres con los
profetas. 24 Mas ¡ay de vosotros, ricos! porque ya tenéis vuestro consuelo. 25
¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados! porque tendréis hambre. ¡Ay de
vosotros, los que ahora reís! porque lamentaréis y lloraréis. 26 ¡Ay de
vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían
sus padres con los falsos profetas. 27 Pero a vosotros los que oís, os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; 28 bendecid a los
que os maldicen, y orad por los que os calumnian. 29 Al que te hiera en una
mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la
túnica le niegues. 30 A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es
tuyo, no pidas que te lo devuelva. 31 Y como queréis que hagan los hombres con
vosotros, así también haced vosotros con ellos. 32 Porque si amáis a los que os
aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman.
33 Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también
los pecadores hacen lo mismo. 34 Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis
recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los
pecadores, para recibir otro tanto. 35 Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced
bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y
seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos.
36 Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso. 37
No juzguéis, y no seréis juzgados; no condenéis, y no seréis condenados;
perdonad, y seréis perdonados. 38 Dad, y se os dará; medida buena, apretada,
remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con
que medís, os volverán a medir. 39 ¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego?
¿No caerán ambos en el hoyo? 40 El discípulo no es superior a su maestro; mas
todo el que fuere perfeccionado, será como su maestro. 41 ¿Por qué miras la
paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu
propio ojo? 42 ¿O cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja
que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? Hipócrita,
saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
que está en el ojo de tu hermano. 43 No es buen árbol el que da malos frutos,
ni árbol malo el que da buen fruto. 44 Porque cada árbol se conoce por su
fruto; pues no se cosechan higos de los espinos, ni de las zarzas se vendimia
uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el
hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia
del corazón habla la boca. 46 ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo
que yo digo? 47 Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os
indicaré a quién es semejante. 48 Semejante es al hombre que al edificar una
casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una
inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover,
porque estaba fundada sobre la roca. 49 Más el que oyó y no hizo, semejante es
al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el
río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.
LUCAS 7
+ 9 Os digo que ni aun en Israel he hallado
tanta fe.
+ 13 No llores. 14 Joven, a ti te digo,
levántate.
+ 22 Id, haced saber a Juan lo que habéis
visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los
sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el
evangelio; 23 y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí. 24 ¿Qué
salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? 25 Más ¿qué
salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? He aquí, los
que tienen vestidura preciosa y viven en deleites, en los palacios de los reyes
están. 26 Más ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que
profeta. 27 Este es de quien está escrito: He aquí, envío mi mensajero delante
de tu faz, El cual preparará tu camino delante de ti. 28 Os digo que entre los
nacidos de mujeres, no hay mayor profeta que Juan el Bautista; pero el más
pequeño en el reino de Dios es mayor que él. 29 Y todo el pueblo y los publicanos,
cuando lo oyeron, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. 30
Mas los fariseos y los intérpretes de la ley desecharon los designios de Dios
respecto de sí mismos, no siendo bautizados por Juan. 31 Y dijo el Señor: ¿A
qué, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes? 32
Semejantes son a los muchachos sentados en la plaza, que dan voces unos a otros
y dicen: Os tocamos flauta, y no bailasteis; os endechamos, y no llorasteis. 33
Porque vino Juan el Bautista, que ni comía pan ni bebía vino, y decís: Demonio
tiene. 34 Vino el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: Este es un hombre
comilón y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores. 35 Mas la
sabiduría es justificada por todos sus hijos.
+ 40 Simón, una cosa tengo que decirte. 41
Un acreedor tenía dos deudores: el uno le debía quinientos denarios, y el otro
cincuenta; 42 y no teniendo ellos con qué pagar, perdonó a ambos. Di, pues,
¿cuál de ellos le amará más? 43 Rectamente has juzgado. 44 ¿Ves esta mujer?
Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies
con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. 45 No me diste beso; mas
ésta, desde que entré, no ha cesado de besar mis pies. 46 No ungiste mi cabeza
con aceite; mas ésta ha ungido con perfume mis pies. 47 Por lo cual te digo que
sus muchos pecados le son perdonados, porque amó mucho; más aquel a quien se le
perdona poco, poco ama. 48 Tus pecados te son perdonados.
+ 50 Tu fe te ha salvado, ve en paz.
LUCAS 8
+ 5 El sembrador salió a sembrar su semilla;
y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino, y fue hollada, y las aves
del cielo la comieron. 6 Otra parte cayó sobre la piedra; y nacida, se secó,
porque no tenía humedad. 7 Otra parte cayó entre espinos, y los espinos que
nacieron juntamente con ella, la ahogaron. 8 Y otra parte cayó en buena tierra,
y nació y llevó fruto a ciento por uno. Hablando estas cosas, decía a gran voz:
El que tiene oídos para oír, oiga.
+ 10 A vosotros os es dado conocer los
misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no
vean, y oyendo no entiendan. 11 Esta es, pues, la parábola: La semilla es la
palabra de Dios. 12 Y los de junto al camino son los que oyen, y luego viene el
diablo y quita de su corazón la palabra, para que no crean y se salven. 13 Los
de sobre la piedra son los que habiendo oído, reciben la palabra con gozo; pero
éstos no tienen raíces; creen por algún tiempo, y en el tiempo de la prueba se
apartan. 14 La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose,
son ahogados por los afanes y las riquezas y los placeres de la vida, y no
llevan fruto. 15 Más la que cayó en buena tierra, éstos son los que con corazón
bueno y recto retienen la palabra oída, y dan fruto con perseverancia. 16 Nadie
que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama,
sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz. 17 Porque
nada hay oculto, que no haya de ser manifestado; ni escondido, que no haya de
ser conocido, y de salir a luz. 18 Mirad, pues, cómo oís; porque a todo el que
tiene, se le dará; y a todo el que no tiene, aun lo que piensa tener se le
quitará.
+ 21 Mi madre y mis hermanos son los que
oyen la palabra de Dios, y la hacen.
+ 25 ¿Dónde está vuestra fe?
+ 30¿Cómo te llamas?
+ 39 Vuélvete a tu casa, y cuenta cuán
grandes cosas ha hecho Dios contigo.
+ 45 ¿Quién es el que me ha tocado? 46
Alguien me ha tocado; porque yo he conocido que ha salido poder de mí.
+ 48 Hija, tu fe te ha salvado; ve en paz.
+ 50 No temas; cree solamente, y será salva.
+ 52 No lloréis; no está muerta, sino que
duerme.
+ 54 Muchacha, levántate.
LUCAS 9
+ 3 No toméis nada para el camino, ni
bordón, ni alforja, ni pan, ni dinero; ni llevéis dos túnicas. 4 Y en cualquier
casa donde entréis, quedad allí, y de allí salid. 5 Y dondequiera que no os
recibieren, salid de aquella ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies en
testimonio contra ellos.
+ 13 Él les dijo: Dadles vosotros de comer.
Y dijeron ellos: No tenemos más que cinco panes y dos pescados, a no ser que
vayamos nosotros a comprar alimentos para toda esta multitud. 14 Hacedlos
sentar en grupos, de cincuenta en cincuenta.
+ 18 ¿Quién dice la gente que soy yo?
+ 20 ¿Y vosotros, quién decís que soy?
+ 22 Es necesario que el Hijo del Hombre
padezca muchas cosas, y sea desechado por los ancianos, por los principales
sacerdotes y por los escribas, y que sea muerto, y resucite al tercer día. 23
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada
día, y sígame. 24 Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo
el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará. 25 Pues ¿qué aprovecha
al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? 26
Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el
Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y en la del Padre, y de los santos
ángeles. 27 Pero os digo en verdad, que hay algunos de los que están aquí, que no
gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios.
+ 41 ¡Oh generación incrédula y perversa!
¿Hasta cuándo he de estar con vosotros, y os he de soportar? Trae acá a tu
hijo.
+ 44 Haced que os penetren bien en los oídos
estas palabras; porque acontecerá que el Hijo del Hombre será entregado en
manos de hombres.
+ 48 Cualquiera que reciba a este niño en mi
nombre, a mí me recibe; y cualquiera que me recibe a mí, recibe al que me
envió; porque el que es más pequeño entre todos vosotros, ése es el más grande.
+ 50 No se lo prohibáis; porque el que no es
contra nosotros, por nosotros es.
+ 55 Vosotros no sabéis de qué espíritu
sois; 56 porque el Hijo del Hombre no ha venido para perder las almas de los
hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
+ 58 Las zorras tienen guaridas, y las aves
de los cielos nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar la cabeza.
+ 59 Sígueme.
+ 60 Deja que los muertos entierren a sus
muertos; y tú ve, y anuncia el reino de Dios.
+ 62 Ninguno que poniendo su mano en el
arado mira hacia atrás, es apto para el reino de Dios.
LUCAS 10
+ 2 La mies a la verdad es mucha, mas los
obreros pocos; por tanto, rogad al Señor de la mies que envíe obreros a su
mies. 3 Id; he aquí yo os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis
bolsa, ni alforja, ni calzado; y a nadie saludéis por el camino.
+ 5 En cualquier casa donde entréis,
primeramente decid: Paz sea a esta casa. 6 Y si hubiere allí algún hijo de paz,
vuestra paz reposará sobre él; y si no, se volverá a vosotros. 7 Y posad en
aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den; porque el obrero es
digno de su salario. No os paséis de casa en casa. 8 En cualquier ciudad donde
entréis, y os reciban, comed lo que os pongan delante; 9 y sanad a los enfermos
que en ella haya, y decidles: Se ha acercado a vosotros el reino de Dios. 10
Más en cualquier ciudad donde entréis, y no os reciban, saliendo por sus
calles, decid: 11 Aun el polvo de vuestra ciudad, que se ha pegado a nuestros
pies, lo sacudimos contra vosotros. Pero esto sabed, que el reino de Dios se ha
acercado a vosotros. 12 Y os digo que en aquel día será más tolerable el
castigo para Sodoma, que para aquella ciudad. 13 ¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti,
Betsaida! que si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han
hecho en vosotras, tiempo ha que sentadas en cilicio y ceniza, se habrían
arrepentido. 14 Por tanto, en el juicio será más tolerable el castigo para Tiro
y Sidón, que para vosotras. 15 Y tú, Capernaum, que hasta los cielos eres
levantada, hasta el Hades serás abatida. 16 El que a vosotros oye, a mí me oye;
y el que a vosotros desecha, a mí me desecha; y el que me desecha a mí, desecha
al que me envió.
+ 18 Yo veía a Satanás caer del cielo como
un rayo. 19 He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre
toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. 20 Pero no os regocijéis de que los
espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos
en los cielos. 21 Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque
escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los
niños. Sí, Padre, porque así te agradó. 22 Todas las cosas me fueron entregadas
por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el
Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. 23
Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; 24 porque os digo que
muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y
oír lo que oís, y no lo oyeron.
+ 26 ¿Qué está escrito en la ley? ¿Cómo
lees?
+ 28 Bien has respondido; haz esto, y
vivirás.
+ 30 Un hombre descendía de Jerusalén a
Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se
fueron, dejándole medio muerto. 31 Aconteció que descendió un sacerdote por
aquel camino, y viéndole, pasó de largo. 32 Asimismo un levita, llegando cerca
de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. 33 Pero un samaritano, que iba de
camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; 34 y
acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su
cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. 35 Otro día al partir, sacó dos
denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de
más, yo te lo pagaré cuando regrese. 36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece
que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? 37 Ve, y haz tú lo
mismo.
+ 41 Marta, Marta, afanada y turbada estás
con muchas cosas. 42 Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la
buena parte, la cual no le será quitada.
LUCAS 11
+ 2 Cuando oréis, decid: Padre nuestro que
estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu
voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. 3 El pan nuestro de cada
día, dánoslo hoy. 4 Y perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros
perdonamos a todos los que nos deben. Y no nos metas en tentación, mas líbranos
del mal. 5 ¿Quién de vosotros que tenga un amigo, va a él a medianoche y le
dice: Amigo, préstame tres panes, 6 porque un amigo mío ha venido a mí de
viaje, y no tengo qué ponerle delante; 7 y aquél, respondiendo desde adentro,
le dice: No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis niños están conmigo
en cama; no puedo levantarme, y dártelos? 8 Os digo, que aunque no se levante a
dárselos por ser su amigo, sin embargo por su importunidad se levantará y le
dará todo lo que necesite. 9 Y yo os digo: Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. 10 Porque todo aquel que pide, recibe; y el
que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre de vosotros, si
su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le
dará una serpiente? 12 ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? 13 Pues si
vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más
vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?
+ 17 Todo reino dividido contra sí mismo, es
asolado; y una casa dividida contra sí misma, cae. 18 Y si también Satanás está
dividido contra sí mismo, ¿cómo permanecerá su reino? ya que decís que por
Beelzebú echo yo fuera los demonios. 19 Pues si yo echo fuera los demonios por
Beelzebú, ¿vuestros hijos por quién los echan? Por tanto, ellos serán vuestros
jueces. 20 Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente
el reino de Dios ha llegado a vosotros. 21 Cuando el hombre fuerte armado
guarda su palacio, en paz está lo que posee. 22 Pero cuando viene otro más
fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte
el botín. 23 El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge,
desparrama. 24 Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares
secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.
25 Y cuando llega, la halla barrida y adornada. 26 Entonces va, y toma otros
siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de
aquel hombre viene a ser peor que el primero.
+ 28 Antes bienaventurados los que oyen la
palabra de Dios, y la guardan. 29 Esta generación es mala; demanda señal, pero
señal no le será dada, sino la señal de Jonás. 30 Porque así como Jonás fue
señal a los ninivitas, también lo será el Hijo del Hombre a esta generación. 31
La reina del Sur se levantará en el juicio con los hombres de esta generación,
y los condenará; porque ella vino de los fines de la tierra para oír la
sabiduría de Salomón, y he aquí más que Salomón en este lugar. 32 Los hombres
de Nínive se levantará en el juicio con esta generación, y la condenarán;
porque a la predicación de Jonás se arrepintieron, y he aquí más que Jonás en
este lugar. 33 Nadie pone en oculto la luz encendida, ni debajo del almud, sino
en el candelero, para que los que entran vean la luz. 34 La lámpara del cuerpo
es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz;
pero cuando tu ojo es maligno, también tu cuerpo está en tinieblas. 35 Mira
pues, no suceda que la luz que en ti hay, sea tinieblas. 36 Así que, si todo tu
cuerpo está lleno de luz, no teniendo parte alguna de tinieblas, será todo
luminoso, como cuando una lámpara te alumbra con su resplandor. 39 Ahora bien,
vosotros los fariseos limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro
estáis llenos de rapacidad y de maldad. 40 Necios, ¿el que hizo lo de fuera, no
hizo también lo de adentro? 41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces
todo os será limpio. 42 Más ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y
la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios.
Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello. 43 ¡Ay de vosotros, fariseos!
que amáis las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las
plazas. 44 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! que sois como
sepulcros que no se ven, y los hombres que andan encima no lo saben.
+ 46 ¡Ay de vosotros también, intérpretes de
la ley! porque cargáis a los hombres con cargas que no pueden llevar, pero
vosotros ni aun con un dedo las tocáis. 47 ¡Ay de vosotros, que edificáis los
sepulcros de los profetas a quienes mataron vuestros padres! 48 De modo que
sois testigos y consentidores de los hechos de vuestros padres; porque a la
verdad ellos los mataron, y vosotros edificáis sus sepulcros. 49 Por eso la
sabiduría de Dios también dijo: Les enviaré profetas y apóstoles; y de ellos, a
unos matarán y a otros perseguirán, 50 para que se demande de esta generación
la sangre de todos los profetas que se ha derramado desde la fundación del
mundo, 51 desde la sangre de Abel hasta la sangre de Zacarías, que murió entre
el altar y el templo; sí, os digo que será demandada de esta generación. 52 ¡Ay
de vosotros, intérpretes de la ley! porque habéis quitado la llave de la
ciencia; vosotros mismos no entrasteis, y a los que entraban se lo impedisteis.
LUCAS 12
+ 1 Guardaos de la levadura de los fariseos,
que es la hipocresía. 2 Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse;
ni oculto, que no haya de saberse. 3 Por tanto, todo lo que habéis dicho en
tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos,
se proclamará en las azoteas. 4 Más os digo, amigos míos: No temáis a los que
matan el cuerpo, y después nada más pueden hacer. 5 Pero os enseñaré a quién
debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder
de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed. 6 ¿No se venden cinco
pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de
Dios. 7 Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No
temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos. 8 Os digo que todo
aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le
confesará delante de los ángeles de Dios; 9 más el que me negare delante de los
hombres, será negado delante de los ángeles de Dios. 10 A todo aquel que dijere
alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que
blasfemare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado. 11 Cuando os
trajeren a las sinagogas, y ante los magistrados y las autoridades, no os
preocupéis por cómo o qué habréis de responder, o qué habréis de decir; 12
porque el Espíritu Santo os enseñará en la misma hora lo que debáis decir.
+ 14 Hombre, ¿quién me ha puesto sobre
vosotros como juez o partidor? 15 Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la
vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee. 16 La
heredad de un hombre rico había producido mucho. 17 Y él pensaba dentro de sí,
diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? 18 Y dijo: Esto
haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos
mis frutos y mis bienes; 19 y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes
guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. 20 Pero Dios le
dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de
quién será? 21 Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
22 Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por el
cuerpo, qué vestiréis. 23 La vida es más que la comida, y el cuerpo que el
vestido. 24 Considerad los cuervos, que ni siembran, ni siegan; que ni tienen
despensa, ni granero, y Dios los alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que
las aves? 25 ¿Y quién de vosotros podrá con afanarse añadir a su estatura un
codo? 26 Pues si no podéis ni aun lo que es menos, ¿por qué os afanáis por lo
demás? 27 Considerad los lirios, cómo crecen; no trabajan, ni hilan; mas os
digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió como uno de ellos. 28 Y
si así viste Dios la hierba que hoy está en el campo, y mañana es echada al
horno, ¿cuánto más a vosotros, hombres de poca fe? 29 Vosotros, pues, no os
preocupéis por lo que habéis de comer, ni por lo que habéis de beber, ni estéis
en ansiosa inquietud. 30 Porque todas estas cosas buscan las gentes del mundo;
pero vuestro Padre sabe que tenéis necesidad de estas cosas. 31 Mas buscad el
reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas. 32 No temáis, manada
pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el reino. 33 Vended lo que
poseéis, y dad limosna; haceos bolsas que no se envejezcan, tesoro en los
cielos que no se agote, donde ladrón no llega, ni polilla destruye. 34 Porque
donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. 35 Estén
ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; 36 y vosotros sed
semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que
cuando llegue y llame, le abran en seguida. 37 Bienaventurados aquellos siervos
a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se
ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. 38 Y aunque
venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare
así, bienaventurados son aquellos siervos. 39 Pero sabed esto, que si supiese
el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y
no dejaría minar su casa. 40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque
a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
+ 42 ¿Quién es el mayordomo fiel y prudente
al cual su señor pondrá sobre su casa, para que a tiempo les dé su ración? 43
Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo
así. 44 En verdad os digo que le pondrá sobre todos sus bienes. 45 Mas si aquel
siervo dijere en su corazón: Mi señor tarda en venir; y comenzare a golpear a
los criados y a las criadas, y a comer y beber y embriagarse, 46 vendrá el
señor de aquel siervo en día que éste no espera, y a la hora que no sabe, y le
castigará duramente, y le pondrá con los infieles. 47 Aquel siervo que
conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su
voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas
de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho,
mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá. 49
Fuego vine a echar en la tierra; ¿y qué quiero, si ya se ha encendido? 50 De un
bautismo tengo que ser bautizado; y ¡cómo me angustio hasta que se cumpla! 51
¿Pensáis que he venido para dar paz en la tierra? Os digo: No, sino disensión.
52 Porque de aquí en adelante, cinco en una familia estarán divididos, tres
contra dos, y dos contra tres. 53 Estará dividido el padre contra el hijo, y el
hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre; la
suegra contra su nuera, y la nuera contra su suegra. 54 Cuando veis la nube que
sale del poniente, luego decís: Agua viene; y así sucede. 55 Y cuando sopla el
viento del sur, decís: Hará calor; y lo hace. 56 ¡Hipócritas! Sabéis distinguir
el aspecto del cielo y de la tierra; ¿y cómo no distinguís este tiempo? 57 ¿Y
por qué no juzgáis por vosotros mismos lo que es justo? 58 Cuando vayas al
magistrado con tu adversario, procura en el camino arreglarte con él, no sea
que te arrastre al juez, y el juez te entregue al alguacil, y el alguacil te
meta en la cárcel. 59 Te digo que no saldrás de allí, hasta que hayas pagado
aun la última blanca.
LUCAS 13
+ 2 ¿Pensáis que estos galileos, porque
padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? 3 Os digo:
No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 4 O aquellos
dieciocho sobre los cuales cayó la torre en Siloé, y los mató, ¿pensáis que eran
más culpables que todos los hombres que habitan en Jerusalén? 5 Os digo: No;
antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente. 6 Tenía un hombre una
higuera plantada en su viña, y vino a buscar fruto en ella, y no lo halló. 7 Y
dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta
higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? 8 El
entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo
cave alrededor de ella, y la abone. 9 Y si diere fruto, bien; y si no, la
cortarás después.
+ 12 Mujer, eres libre de tu enfermedad.
+ 15 Hipócrita, cada uno de vosotros ¿no
desata en el día de reposo su buey o su asno del pesebre y lo lleva a beber? 16
Y a esta hija de Abraham, que Satanás había atado dieciocho años, ¿no se le
debía desatar de esta ligadura en el día de reposo?
+ 18 ¿A qué es semejante el reino de Dios, y
con qué lo compararé? 19 Es semejante al grano de mostaza, que un hombre tomó y
sembró en su huerto; y creció, y se hizo árbol grande, y las aves del cielo
anidaron en sus ramas. 20 ¿A qué compararé el reino de Dios? 21 Es semejante a
la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres medidas de harina, hasta que
todo hubo fermentado.
+ 24 Esforzaos a entrar por la puerta angosta;
porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán. 25 Después que el
padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta, y estando fuera
empecéis a llamar a la puerta, diciendo: Señor, Señor, ábrenos, él respondiendo
os dirá: No sé de dónde sois. 26 Entonces comenzaréis a decir: Delante de ti
hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. 27 Pero os dirá: Os digo
que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad. 28
Allí será el llanto y el crujir de dientes, cuando veáis a Abraham, a Isaac, a
Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y vosotros estéis excluidos.
29 Porque vendrán del oriente y del occidente, del norte y del sur, y se
sentarán a la mesa en el reino de Dios. 30 Y he aquí hay postreros que serán
primeros, y primeros que serán postreros. 32 Id, y decid a aquella zorra: He
aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día
terminó mi obra.
+ 33 Sin embargo, es necesario que hoy y
mañana y pasado mañana siga mi camino; porque no es posible que un profeta
muera fuera de Jerusalén. 34 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y
apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos,
como la gallina a sus polluelos debajo de sus alas, y no quisiste! 35 He aquí,
vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que
llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor.
LUCAS 14
+ 3 ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
+ 5 ¿Quién de vosotros, si su asno o su buey
cae en algún pozo, no lo sacará inmediatamente, aunque sea en día de reposo?
+ 8 Cuando fueres convidado por alguno a
bodas, no te sientes en el primer lugar, no sea que otro más distinguido que tú
esté convidado por él, 9 y viniendo el que te convidó a ti y a él, te diga: Da
lugar a éste; y entonces comiences con vergüenza a ocupar el último lugar. 10
Más cuando fueres convidado, ve y siéntate en el último lugar, para que cuando
venga el que te convidó, te diga: Amigo, sube más arriba; entonces tendrás
gloria delante de los que se sientan contigo a la mesa. 11 Porque cualquiera
que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. 12
Cuando hagas comida o cena, no llames a tus amigos, ni a tus hermanos, ni a tus
parientes, ni a vecinos ricos; no sea que ellos a su vez te vuelvan a convidar,
y seas recompensado. 13 Más cuando hagas banquete, llama a los pobres, los
mancos, los cojos y los ciegos; 14 y serás bienaventurado; porque ellos no te
pueden recompensar, pero te será recompensado en la resurrección de los justos.
+ 16 Un hombre hizo una gran cena, y convidó
a muchos. 17 Y a la hora de la cena envió a su siervo a decir a los convidados:
Venid, que ya todo está preparado. 18 Y todos a una comenzaron a excusarse. El primero
dijo: He comprado una hacienda, y necesito ir a verla; te ruego que me excuses.
19 Otro dijo: He comprado cinco yuntas de bueyes, y voy a probarlos; te ruego
que me excuses. 20 Y otro dijo: Acabo de casarme, y por tanto no puedo ir. 21
Vuelto el siervo, hizo saber estas cosas a su señor. Entonces enojado el padre
de familia, dijo a su siervo: Ve pronto por las plazas y las calles de la
ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. 22 Y dijo
el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. 23 Dijo el señor
al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para
que se llene mi casa. 24 Porque os digo que ninguno de aquellos hombres que
fueron convidados, gustará mi cena.
+ 26 Si alguno viene a mí, y no aborrece a
su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y aun también su
propia vida, no puede ser mi discípulo. 27 Y el que no lleva su cruz y viene en
pos de mí, no puede ser mi discípulo. 28 Porque ¿quién de vosotros, queriendo
edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene
lo que necesita para acabarla? 29 No sea que después que haya puesto el
cimiento, y no pueda acabarla, todos los que lo vean comiencen a hacer burla de
él, 30 diciendo: Este hombre comenzó a edificar, y no pudo acabar. 31 ¿O qué
rey, al marchar a la guerra contra otro rey, no se sienta primero y considera
si puede hacer frente con diez mil al que viene contra él con veinte mil? 32 Y
si no puede, cuando el otro está todavía lejos, le envía una embajada y le pide
condiciones de paz. 33 Así, pues, cualquiera de vosotros que no renuncia a todo
lo que posee, no puede ser mi discípulo. 34 Buena es la sal; mas si la sal se
hiciere insípida, ¿con qué se sazonará? 35 Ni para la tierra ni para el muladar
es útil; la arrojan fuera. El que tiene oídos para oír, oiga.
LUCAS 15
+ 4 ¿Qué hombre de vosotros, teniendo cien
ovejas, si pierde una de ellas, no deja las noventa y nueve en el desierto, y
va tras la que se perdió, hasta encontrarla? 5 Y cuando la encuentra, la pone
sobre sus hombros gozoso; 6 y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos,
diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había
perdido. 7 Os digo que así habrá más gozo en el cielo por un pecador que se
arrepiente, que por noventa y nueve justos que no necesitan de arrepentimiento.
8 ¿O qué mujer que tiene diez dracmas, si pierde una dracma, no enciende la
lámpara, y barre la casa, y busca con diligencia hasta encontrarla? 9 Y cuando
la encuentra, reúne a sus amigas y vecinas, diciendo: Gozaos conmigo, porque he
encontrado la dracma que había perdido. 10 Así os digo que hay gozo delante de
los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente. 11 Un hombre tenía dos
hijos; 12 y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los
bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. 13 No muchos días
después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada;
y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. 14 Y cuando todo lo hubo
malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. 15
Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a
su hacienda para que apacentase cerdos. 16 Y deseaba llenar su vientre de las
algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. 17 Y volviendo en sí,
dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo
aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo;
hazme como a uno de tus jornaleros. 20 Y levantándose, vino a su padre. Y
cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y
corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. 21 Y el hijo le dijo: Padre, he
pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
22 Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y
poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. 23 Y traed el becerro gordo
y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; 24 porque este mi hijo muerto era, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. 25 Y su
hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la
música y las danzas; 26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era
aquello. 27 Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el
becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. 28 Entonces se enojó, y no
quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. 29 Más él,
respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote
desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis
amigos. 30 Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con
rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. 31 El entonces le dijo:
Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. 32 Mas era
necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha
revivido; se había perdido, y es hallado.
LUCAS 16
+ 1 Había un hombre rico que tenía un
mayordomo, y éste fue acusado ante él como disipador de sus bienes. 2 Entonces
le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu
mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo. 3 Entonces el mayordomo dijo
para sí: ¿Qué haré? Porque mi amo me quita la mayordomía. Cavar, no puedo;
mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que haré para que cuando se me quite de
la mayordomía, me reciban en sus casas. 5 Y llamando a cada uno de los deudores
de su amo, dijo al primero: ¿Cuánto debes a mi amo? 6 Él dijo: Cien barriles de
aceite. Y le dijo: Toma tu cuenta, siéntate pronto, y escribe cincuenta. 7
Después dijo a otro: Y tú, ¿cuánto debes? Y él dijo: Cien medidas de trigo. Él
le dijo: Toma tu cuenta, y escribe ochenta. 8 Y alabó el amo al mayordomo malo
por haber hecho sagazmente; porque los hijos de este siglo son más sagaces en
el trato con sus semejantes que los hijos de luz. 9 Y yo os digo: Ganad amigos
por medio de las riquezas injustas, para que cuando éstas falten, os reciban en
las moradas eternas. 10 El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es
fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. 11 Pues
si en las riquezas injustas no fuisteis fieles, ¿quién os confiará lo
verdadero? 12 Y si en lo ajeno no fuisteis fieles, ¿quién os dará lo que es
vuestro? 13 Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al
uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis
servir a Dios y a las riquezas.
+ 15 Vosotros sois los que os justificáis a
vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones;
porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.
16 La ley y los profetas eran hasta Juan; desde entonces el reino de Dios es
anunciado, y todos se esfuerzan por entrar en él. 17 Pero más fácil es que
pasen el cielo y la tierra, que se frustre una tilde de la ley. 18 Todo el que
repudia a su mujer, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la
repudiada del marido, adultera. 19 Había un hombre rico, que se vestía de
púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. 20 Había
también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél,
lleno de llagas, 21 y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del
rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. 22 Aconteció que murió el
mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el
rico, y fue sepultado. 23 Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y
vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Entonces él, dando voces,
dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la
punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en
esta llama. 25 Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes
en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú
atormentado. 26 Además de todo esto, una gran sima está puesta entre nosotros y
vosotros, de manera que los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden,
ni de allá pasar acá. 27 Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi
padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no
vengan ellos también a este lugar de tormento. 29 Y Abraham le dijo: A Moisés y
a los profetas tienen; óiganlos. 30 El entonces dijo: No, padre Abraham; pero
si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán. 31 Mas Abraham
le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque
alguno se levantare de los muertos.
LUCAS 17
+ 1 Imposible es que no vengan tropiezos;
mas ¡ay de aquel por quien vienen! 2 Mejor le fuera que se le atase al cuello
una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos
pequeñitos. 3 Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti,
repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. 4 Y si siete veces al día pecare
contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento;
perdónale.
+ 6 Si tuvierais fe como un grano de
mostaza, podríais decir a este sicómoro: Desarráigate, y plántate en el mar; y
os obedecería. 7 ¿Quién de vosotros, teniendo un siervo que ara o apacienta
ganado, al volver él del campo, luego le dice: Pasa, siéntate a la mesa? 8 ¿No
le dice más bien: Prepárame la cena, cíñete, y sírveme hasta que haya comido y
bebido; y después de esto, come y bebe tú? 9 ¿Acaso da gracias al siervo porque
hizo lo que se le había mandado? Pienso que no. 10 Así también vosotros, cuando
hayáis hecho todo lo que os ha sido ordenado, decid: Siervos inútiles somos,
pues lo que debíamos hacer, hicimos.
+ 14 Id, mostraos a los sacerdotes.
+ 17 ¿No son diez los que fueron limpiados?
Y los nueve, ¿dónde están?
+ 18 ¿No hubo quien volviese y diese gloria
a Dios sino este extranjero? 19 Levántate, vete; tu fe te ha salvado. 20 El
reino de Dios no vendrá con advertencia, 21 ni dirán: Helo aquí, o helo allí;
porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. 22 Tiempo vendrá cuando
desearéis ver uno de los días del Hijo del Hombre, y no lo veréis. 23 Y os
dirán: Helo aquí, o helo allí. No vayáis, ni los sigáis. 24 Porque como el
relámpago que al fulgurar resplandece desde un extremo del cielo hasta el otro,
así también será el Hijo del Hombre en su día. 25 Pero primero es necesario que
padezca mucho, y sea desechado por esta generación. 26 Como fue en los días de
Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. 27 Comían, bebían, se
casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y
vino el diluvio y los destruyó a todos. 28 Asimismo como sucedió en los días de
Lot; comían, bebían, compraban, vendían, plantaban, edificaban; 29 más el día
en que Lot salió de Sodoma, llovió del cielo fuego y azufre, y los destruyó a
todos. 30 Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste. 31 En aquel
día, el que esté en la azotea, y sus bienes en casa, no descienda a tomarlos; y
el que en el campo, asimismo no vuelva atrás. 32 Acordaos de la mujer de Lot.
33 Todo el que procure salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la
salvará. 34 Os digo que en aquella noche estarán dos en una cama; el uno será
tomado, y el otro será dejado. 35 Dos mujeres estarán moliendo juntas; la una
será tomada, y la otra dejada. 36 Dos estarán en el campo; el uno será tomado,
y el otro dejado. 37 Donde estuviere el cuerpo, allí se juntarán también las
águilas.
LUCAS 18
+ 2 Había en una ciudad un juez, que ni
temía a Dios, ni respetaba a hombre. 3 Había también en aquella ciudad una
viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario. 4 Y él no
quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo
a Dios, ni tengo respeto a hombre, 5 sin embargo, porque esta viuda me es
molesta, le haré justicia, no sea que viniendo de continuo, me agote la
paciencia. 6 Oíd lo que dijo el juez injusto. 7 ¿Y acaso Dios no hará justicia
a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Se tardará en responderles? 8 Os
digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del Hombre,
¿hallará fe en la tierra?
+ 10 Dos hombres subieron al templo a orar:
uno era fariseo, y el otro publicano. 11 El fariseo, puesto en pie, oraba
consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros
hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; 12 ayuno
dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. 13 Mas el publicano,
estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba
el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. 14 Os digo que éste
descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se
enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.
+ 16 Dejad a los niños venir a mí, y no se
lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios. 17 De cierto os digo, que
el que no recibe el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
+ 19 ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay
bueno, sino sólo Dios. 20 Los mandamientos sabes: No adulterarás; no matarás;
no hurtarás; no dirás falso testimonio; honra a tu padre y a tu madre.
+ 22 Aún te falta una cosa: vende todo lo
que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme.
+ 24 ¡Cuán difícilmente entrarán en el reino
de Dios los que tienen riquezas! 25 Porque es más fácil pasar un camello por el
ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
+ 27 Lo que es imposible para los hombres,
es posible para Dios.
+ 29 De cierto os digo, que no hay nadie que
haya dejado casa, o padres, o hermanos, o mujer, o hijos, por el reino de Dios,
30 que no haya de recibir mucho más en este tiempo, y en el siglo venidero la
vida eterna. 31 He aquí subimos a Jerusalén, y se cumplirán todas las cosas
escritas por los profetas acerca del Hijo del Hombre. 32 Pues será entregado a
los gentiles, y será escarnecido, y afrentado, y escupido. 33 Y después que le
hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. 41 ¿Qué quieres que te
haga? 42 Recíbela, tu fe te ha salvado.
LUCAS 19
+ 5 Zaqueo, date prisa, desciende, porque
hoy es necesario que pose yo en tu casa.
+ 9 Hoy ha venido la salvación a esta casa;
por cuanto él también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del Hombre vino a
buscar y a salvar lo que se había perdido.
+ 12 Un hombre noble se fue a un país
lejano, para recibir un reino y volver. 13 Y llamando a diez siervos suyos, les
dio diez minas, y les dijo: Negociad entre tanto que vengo. 14 Pero sus
conciudadanos le aborrecían, y enviaron tras él una embajada, diciendo: No queremos
que éste reine sobre nosotros. 15 Aconteció que vuelto él, después de recibir
el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos a los cuales había dado el
dinero, para saber lo que había negociado cada uno. 16 Vino el primero,
diciendo: Señor, tu mina ha ganado diez minas. 17 Él le dijo: Está bien, buen
siervo; por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez
ciudades. 18 Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha producido cinco minas. 19 Y
también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. 20 Vino otro,
diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido guardada en un pañuelo;
21 porque tuve miedo de ti, por cuanto eres hombre severo, que tomas lo que no
pusiste, y siegas lo que no sembraste. 22 Entonces él le dijo: Mal siervo, por
tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no
puse, y que siego lo que no sembré; 23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en
el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? 24 Y
dijo a los que estaban presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las
diez minas. 25 Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. 26 Pues yo os digo
que a todo el que tiene, se le dará; mas al que no tiene, aun lo que tiene se
le quitará. 27 Y también a aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase
sobre ellos, traedlos acá, y decapitadlos delante de mí.
+ 30 Id a la aldea de enfrente, y al entrar
en ella hallaréis un pollino atado, en el cual ningún hombre ha montado jamás;
desatadlo, y traedlo. 31 Y si alguien os preguntare: ¿Por qué lo desatáis? le
responderéis así: Porque el Señor lo necesita.
+ 40 Os digo que si éstos callaran, las
piedras clamarían.
+ 42 ¡Oh, si también tú conocieses, a lo
menos en este tu día, lo que es para tu paz! Más ahora está encubierto de tus
ojos. 43 Porque vendrán días sobre ti, cuando tus enemigos te rodearán con
vallado, y te sitiarán, y por todas partes te estrecharán, 44 y te derribarán a
tierra, y a tus hijos dentro de ti, y no dejarán en ti piedra sobre piedra, por
cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.
+ 46 Escrito está: Mi casa es casa de
oración; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.
LUCAS 20
+ 3 Os haré yo también una pregunta;
respondedme: 4 El bautismo de Juan, ¿era del cielo, o de los hombres?
+ 8 Yo tampoco os diré con qué autoridad
hago estas cosas. 9 Un hombre plantó una viña, la arrendó a labradores, y se
ausentó por mucho tiempo. 10 Y a su tiempo envió un siervo a los labradores,
para que le diesen del fruto de la viña; pero los labradores le golpearon, y le
enviaron con las manos vacías. 11 Volvió a enviar otro siervo; mas ellos a éste
también, golpeado y afrentado, le enviaron con las manos vacías. 12 Volvió a
enviar un tercer siervo; mas ellos también a éste echaron fuera, herido. 13 Entonces
el señor de la viña dijo: ¿Qué haré? Enviaré a mi hijo amado; quizás cuando le
vean a él, le tendrán respeto. 14 Más los labradores, al verle, discutían entre
sí, diciendo: Este es el heredero; venid, matémosle, para que la heredad sea
nuestra. 15 Y le echaron fuera de la viña, y le mataron. ¿Qué, pues, les hará
el señor de la viña? 16 Vendrá y destruirá a estos labradores, y dará su viña a
otros. 17 ¿Qué, pues, es lo que está escrito: La piedra que desecharon los
edificadores Ha venido a ser cabeza del ángulo? 18 Todo el que cayere sobre
aquella piedra, será quebrantado; mas sobre quien ella cayere, le desmenuzará.
+ 23 ¿Por qué me tentáis? 24 Mostradme la
moneda. ¿De quién tiene la imagen y la inscripción? 25 Pues dad a César lo que
es de César, y a Dios lo que es de Dios.
+ 34 Los hijos de este siglo se casan, y se
dan en casamiento; 35 más los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel
siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en
casamiento. 36 Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y
son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección. 37 Pero en cuanto a que los
muertos han de resucitar, aun Moisés lo enseñó en el pasaje de la zarza, cuando
llama al Señor, Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. 38 Porque Dios
no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos viven. 39
Respondiéndole algunos de los escribas, dijeron: Maestro, bien has dicho.
+ 41 ¿Cómo dicen que el Cristo es hijo de
David? 42 Pues el mismo David dice en el libro de los Salmos: Dijo el Señor a
mi Señor: Siéntate a mi diestra, 43 Hasta que ponga a tus enemigos por estrado
de tus pies. 44 David, pues, le llama Señor; ¿cómo entonces es su hijo?
+ 46 Guardaos de los escribas, que gustan de
andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras
sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 47 que devoran
las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán
mayor condenación.
LUCAS 21
+ 3 En verdad os digo, que esta viuda pobre
echó más que todos. 4 Porque todos aquéllos echaron para las ofrendas de Dios
de lo que les sobra; más ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.
+ 6 En cuanto a estas cosas que veis, días
vendrán en que no quedará piedra sobre piedra, que no sea destruida.
+ 8 Mirad que no seáis engañados; porque
vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y: El tiempo está
cerca. Más no vayáis en pos de ellos. 9 Y cuando oigáis de guerras y de
sediciones, no os alarméis; porque es necesario que estas cosas acontezcan
primero; pero el fin no será inmediatamente. 10 Se levantará nación contra
nación, y reino contra reino; 11 y habrá grandes terremotos, y en diferentes
lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo. 12
Pero antes de todas estas cosas os echarán mano, y os perseguirán, y os
entregarán a las sinagogas y a las cárceles, y seréis llevados ante reyes y
ante gobernadores por causa de mi nombre. 13 Y esto os será ocasión para dar
testimonio. 14 Proponed en vuestros corazones no pensar antes cómo habéis de
responder en vuestra defensa; 15 porque yo os daré palabra y sabiduría, la cual
no podrán resistir ni contradecir todos los que se oponga. 16 Más seréis
entregados aun por vuestros padres, y hermanos, y parientes, y amigos; y
matarán a algunos de vosotros; 17 y seréis aborrecidos de todos por causa de mi
nombre. 18 Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá. 19 Con vuestra
paciencia ganaréis vuestras almas. 20 Pero cuando viereis a Jerusalén rodeada
de ejércitos, sabed entonces que su destrucción ha llegado. 21 Entonces los que
estén en Judea, huyan a los montes; y los que en medio de ella, váyanse; y los
que estén en los campos, no entren en ella. 22 Porque estos son días de
retribución, para que se cumplan todas las cosas que están escritas. 23 Más ¡ay
de las que estén encintas, y de las que críen en aquellos días! porque habrá
gran calamidad en la tierra, e ira sobre este pueblo. 24 Y caerán a filo de
espada, y serán llevados cautivos a todas las naciones; y Jerusalén será
hollada por los gentiles, hasta que los tiempos de los gentiles se cumplan. 25
Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra
angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas;
26 desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que
sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas.
27 Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran
gloria. 28 Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra
cabeza, porque vuestra redención está cerca. 29 Mirad la higuera y todos los
árboles. 30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el
verano está ya cerca. 31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas
cosas, sabed que está cerca el reino de Dios. 32 De cierto os digo, que no
pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. 33 El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán. 34 Mirad también por vosotros mismos,
que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes
de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. 35 Porque como un
lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra. 36
Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de
todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
LUCAS 22
+ 8 Id, preparadnos la pascua para que la
comamos.
+ 10 He aquí, al entrar en la ciudad os
saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la
casa donde entrare, 11 y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te
dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos?
12 Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí.
+ 15 ¡Cuánto he deseado comer con vosotros
esta pascua antes que padezca! 16 Porque os digo que no la comeré más, hasta
que se cumpla en el reino de Dios. 17 Tomad esto, y repartidlo entre vosotros;
18 porque os digo que no beberé más del fruto de la vid, hasta que el reino de
Dios venga. 19 Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en
memoria de mí. 20 Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se
derrama. 21 Mas he aquí, la mano del que me entrega está conmigo en la mesa.
+ 22 A la verdad el Hijo del Hombre va,
según lo que está determinado; pero ¡ay de aquel hombre por quien es entregado!
+ 25 Los reyes de las naciones se enseñorean
de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados bienhechores; 26
mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven, y el
que dirige, como el que sirve. 27 Porque, ¿cuál es mayor, el que se sienta a la
mesa, o el que sirve? ¿No es el que se sienta a la mesa? Más yo estoy entre
vosotros como el que sirve. 28 Pero vosotros sois los que habéis permanecido
conmigo en mis pruebas. 29 Yo, pues, os asigno un reino, como mi Padre me lo
asignó a mí, 30 para que comáis y bebáis a mi mesa en mi reino, y os sentéis en
tronos juzgando a las doce tribus de Israel. 31 Simón, Simón, he aquí Satanás
os ha pedido para zarandearos como a trigo; 32 pero yo he rogado por ti, que tu
fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos.
+ 34 Pedro, te digo que el gallo no cantará
hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces. 35 Cuando os envié sin
bolsa, sin alforja, y sin calzado, ¿os faltó algo? 36 Pues ahora, el que tiene
bolsa, tómela, y también la alforja; y el que no tiene espada, venda su capa y
compre una. 37 Porque os digo que es necesario que se cumpla todavía en mí
aquello que está escrito: Y fue contado con los inicuos; porque lo que está
escrito de mí, tiene cumplimiento. 38 Basta.
+ 40 Orad que no entréis en tentación.
+ 42
Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la
tuya.
+ 46 ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para
que no entréis en tentación.
+ 48 Judas, ¿con un beso entregas al Hijo
del Hombre?
+ 51 Basta ya; dejad. Y tocando su oreja, le
sanó. 52 ¿Como contra un ladrón habéis salido con espadas y palos? 53 Habiendo
estado con vosotros cada día en el templo, no extendisteis las manos contra mí;
más esta es vuestra hora, y la potestad de las tinieblas.
+ 67 Si os lo dijere, no creeréis; 68 y
también si os preguntare, no me responderéis, ni me soltaréis. 69 Pero desde
ahora el Hijo del Hombre se sentaré a la diestra del poder de Dios. 70 Vosotros
decís que lo soy.
LUCAS 23
+ 3 Tú lo dices.
+ 28 Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí,
sino llorad por vosotras mismas y por vuestros hijos. 29 Porque he aquí vendrán
días en que dirán: Bienaventuradas las estériles, y los vientres que no
concibieron, y los pechos que no criaron. 30 Entonces comenzarán a decir a los
montes: Caed sobre nosotros; y a los collados: Cubridnos. 31 Porque si en el
árbol verde hacen estas cosas, ¿en el seco, qué no se hará?
+ 34 Padre, perdónalos, porque no saben lo
que hacen.
+ 43 De cierto te digo que hoy estarás
conmigo en el paraíso.
+ 46 Padre, en tus manos encomiendo mi
espíritu.
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